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El Congreso de Laicos, está concebido no como un acontecimiento único desarrollado en un fin de semana, sino como un auténtico proceso que busca identificar, desde la clave sinodal y partiendo de nuestra concreta realidad, los grandes retos que tenemos planteados los fieles laicos como Iglesia en salida hoy en día.

Dentro de este proceso ocupan un lugar central cuatro grandes cuestiones, directamente relacionadas con la esencia de nuestra vida de fe y con el objetivo central de esta apasionante tarea que hemos iniciado: primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública. No se trata simplemente cuatro espacios de reflexión preparados como parte del programa que seguiremos del 14 al 16 de febrero de 2020; antes, al contrario, constituyen la esencia del camino que queremos recorrer juntos y conforman el esquema fundamental del Instrumentum Laboris que servirá para la preparación de los congresistas y para la concreción del trabajo que comenzará cuando termine el Congreso.

Con el Itinerario Primer Anuncio buscamos reafirmar la idea de que, en el contexto de la secularización y pluralismo, caracterizado por el desconocimiento y la indiferencia hacia la persona de Jesús, la propuesta cristiana sigue siendo hoy imprescindible para la liberación de las personas y para la humanización de la sociedad.  Constituye un tesoro no reservado exclusivamente para las personas creyentes; por el contrario, lejos de reservarlo para nosotros mismos, nuestra misión es compartirlo desde la experiencia de nuestro testimonio personal y comunitario con Cristo.

Asimismo, pretendemos ayudar a redescubrir la necesidad de hacernos presentes, a nivel personal comunitario, en los espacios públicos y en la vida de las personas para escucharles, acompañarles en sus anhelos y necesidades y anunciar el Kerigma con lenguajes adecuados a aquellos con los que se dialoga.

Por ello te presentamos un pequeño artículo sobre el Primer Anuncio. Teniendo en cuenta el magisterio eclesial de los últimos cincuenta años y las propuestas de los principales teólogos y especialistas católicos en el tema, podemos recapitular lo relativo al Primer Anuncio en estos cinco puntos:

 

  1. El nombre y su especial eficacia para empezar a ser cristiano

El término primer anuncio traduce al lenguaje pastoral actual la palabra “técnica”, que usan Pablo y los Evangelios sinópticos, Kerigma (en griego, anuncio, pregón o proclamación ) que, a su vez, es sinónima de la expresión más común Evangelio (en griego, buena noticia) .  Las tres expresiones– primer anuncio, kerigma o Evangelio – se refieren al hecho propio y original del cristianismo que irrumpe en la historia de la humanidad como una invitación que en boca de un comunicador – primero el mismo Jesucristo y luego los apóstoles y demás seguidores – tiene un especial poder de interpelación y de convicción porque es portadora en sí – de forma germinal – de aquello mismo que ofrece y anuncia:  la posibilidad de una vida totalmente nueva que empieza con la adhesión personal a Jesucristo resucitado aceptado como Hijo de Dios y Salvador de la propia realidad existencial en un acto puntual y efectivo de la voluntad que llevara, después de una etapa catequética, a la plenitud de los sacramentos recibidos en la comunidad cristiana.

En este sentido son equivalentes las diversas expresiones: anuncio, Evangelio, anuncio del Evangelio, anuncio cristiano, anunció salvífico, anuncio o presentación de la Palabra, primer anuncio, kerigma, núcleo fundamental del Evangelio, corazón del Evangelio, …

 

  1. La esencia del primer anuncio o kerigma

Dadas sus características y su fuerza virtual podemos decir que el primer   anuncio o kerigma es una concentración o síntesis viva de la fe cristiana que tiene la capacidad de generar la primera fe y de renovarla a lo largo de la vida del cristiano.

 

  1. Fenomenología del primer anuncio o kerigma

Visto desde una descripción fenomenológica el primer anuncio es a la vez un acto, un contenido y una forma. Es el acto de proponer a uno o varios interlocutores un contenido – Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la misericordia infinita del Padre (EG 164) – de forma convincente y atractiva.

 

  1. Las tres funciones decisivas del primer anuncio o kerigma

Si atendemos al rol que juega el primer anuncio o kerigma en la vida cristiana podemos formularlo en tres funciones. El primer anuncio es puerta de entrada normal en la experiencia cristiana (por eso decimos que es primero); es fundamento permanente de toda la vida cristiana (por eso decimos que es principal) y es criterio de interpretación de la catequesis, la teología, la moral, de toda formación cristiana y de toda renovación de la actividad evangelizadora de la Iglesia (cfr. EG 165)

 

  1. El laicado como protagonista del primer anuncio

El redescubrimiento del papel del primer anuncio o kerigma pone de manifiesto un aspecto, entre otros, del sacerdocio común de los fieles recuperado del olvido también por el Concilio Vaticano II (Lumen Gentium 31). Cuando se afirma que el bautizado es sacerdote, profeta y rey, el primer anuncio es una forma de ejercer ese profetismo de la Palabra siempre precedido y acompañado del mejor testimonio de vida.

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