Desde la Diócesis de Coria-Cáceres, Lorena Jorna, delegada diocesana de Medios de Comunicación Social hace una reflexión porqué nos cuesta a los laicos estar “en Salida”
En nuestra diócesis se está preparando el Congreso Nacional de Laicos en febrero del 2020 con el título “En salida”. Se trata de una oportunidad para que la voz de los laicos se escuche. Nuestra diócesis está en una situación privilegiada ya que con el reciente Sínodo diocesano se ha trabajado, reflexionado y propuesto acciones concretas en el campo de la formación y protagonismo del laico en el mundo, nuestra Iglesia local y en las parroquias.
Estamos en un momento eclesial decisivo, en el cual nuestra Iglesia debe definitivamente tomar conciencia del laico como eje prioritario de la misma, tanto hacia dentro de la misma como hacia la sociedad. Y cuando digo nuestra Iglesia debe tomar conciencia, también me refiero a nosotros mismos, los propios laicos, que somos Iglesia desde el momento del bautismo.
Lo que pasa que es más sencillo a veces delegar la responsabilidad en otros y aquí, al final, el sacerdote suele tener más papeletas. Si queremos parroquias y comunidades vivas no debemos dejar todo el empuje a una sola persona, sino crear y potenciar equipos y grupos que animen, apoyen y se responsabilicen de los distintos aspectos. Como un hogar, donde todos tienen sus tareas y responsabilidades, adaptadas a su edad y sus conocimientos o habilidades. No todos podemos hacer de todo, pero todos podemos hacer algo.
Sin embargo, es cierto que es de agradecer a las más de 300 personas de nuestra diócesis que ya se han inscrito en la fase de preparación diocesana. El delegado de apostolado seglar, Enrique Pérez, les ha hecho llegar una carta en la que les agradece, en nombre de nuestro Obispo y de la diócesis, su participación y trabajo.
El papa Francisco, en sus múltiples documentos y nuestro propio Sínodo diocesano han manifestado e incluso concretado en propuestas que entre todos debemos ir poniendo en marcha.
No podemos tirarnos de la barca. Tenemos que retomar la ilusión y la tarea de hacer cada día una Iglesia más de todas y de todos, donde el Evangelio de Jesús sea nuestra alegría y esperanza en un presente y un futuro mejor para la Iglesia y la sociedad.
Lorena Jorna